23 de junio de 2014


Si nos pararamos un minuto a pensar en la idea del universo y el destino, nos daríamos cuenta de que todo gira entorno a un plan, lleno de pequeñas acciones que repercutirán una tras otra hasta llegar al deseado objetivo, sin pensar que una sola elección ya está cambiando ese destino. Sin embargo nunca podemos estar seguros de si todas nuestras elecciones estaban anteriormente pensadas por el universo para colocarnos en un momento determinado en un lugar determinado, o simplemente somos nosotros los únicos que creamos nuestro camino, y no hay un destino concreto.
Muchas veces podemos pensar que está bien que el destino haga todo el trabajo sucio, pero no puedes esperar que un día estando tumbado en el sofá, llamen a la puerta y este el futuro allí. En lugar de eso deberíamos dejar al universo que sea él quien nos lo cree y que después fuéramos nosotros los que resolvieran el puzzle como si de una adivinanza se tratase.

Esto es lo que pienso yo de las almas gemelas. Está de nuestra parte tomar el control de nuestra vida, pero con unas pequeñas señales que nos guíen hasta llegar a esa persona, que a la vez estaba buscando a su alma gemela. Porque de eso se trata, de buscar a la persona que esté para ti en todo momento y con la que siempre contar. Y no des por nada, pero eso no te  lo sirven en bandeja de plata.
Por tanto, no podemos hacer otra cosa que buscar y esperar a que el destino haga su trabajo.